Bucaramanga, 1 de octubre de 2019 (@URestitucion).El reclutamiento de dos de sus hijas menores, por parte de la guerrilla; el asesinato de una de ellas; la desaparición de su esposo y los enfrentamientos constantes entre la subversión y los paramilitares, fueron los motivos que tuvo Mercedes Ramírez* para abandonar Las Palmitas*, su finca ubicada en zona rural de Betulia, Santander.
"Nos enteramos de que la restitución existía, gracias a una asociación de desplazados que funciona en Barrancabermeja, municipio al que llegamos hace más de 25 años. No dudamos en averiguar e hicimos el reclamo. Ahora, las cosas son diferentes", afirmó Mercedes*.
Luego de estudiar los argumentos presentados por los colaboradores de la Unidad de Restitución de Tierras (URT), el Tribunal de Cúcuta decidió amparar el derecho a la restitución, de Mercedes y su familia. Pero, en este caso, serán compensados porque los beneficiarios no quieren regresar a la región en la que vivieron los embates de la violencia.
"Estamos muy entusiasmados. Con la ayuda de la Unidad estamos buscando una parcela donde podamos desarrollar un proyecto productivo de café y sembrar cacao plátano, yuca y ahuyama", aseguró Mercedes*.
Cuando Mercedes hizo la reclamación, otra persona se presentó argumentando ser el dueño de Las Palmitas*. "Los magistrados confirieron al opositor la calidad de segundo ocupante, toda vez que éste no participó ni propició los hechos que provocaron el desplazamiento", indicó el director de la URT en el Magdalena Medio, Álvaro Prada.
Asimismo, fue establecido que el señor deriva su sustento familiar de la explotación agropecuaria que ejerce en el predio y que su condición de salud le impide buscar alternativas diferentes al trabajo de la tierra. Por esta razón conservará la titularidad de la parcela.
"En nombre de mi familia quiero darle gracias a la URT porque esto pudo avanzar, porque se hizo justicia. Volver al campo es el futuro de nosotros; de ahí es de donde sale todo", concluyó la beneficiaria.
* Nombres cambiados.