lo mejor que se puede hacer para contrarrestar estos efectos es la prevención desde ahora, pues según el Instituto Colombiano Agropecuario las plagas pueden afectar 40% de los cultivos
De acuerdo con el informe de la Organización Meteorológica Mundial, entre 2015 y 2018, se presentaron los cuatro años más cálidos de la historia. Para 2019 los pronósticos no son muy alentadores, pues se espera que a principios de 2019 se forme un débil fenómeno de El Niño, lo que podría hacer que el próximo año sea más cálido que este.
Si bien actualmente resulta incierto predecir su intensidad, parece poco probable que vaya a tratarse de un episodio fuerte. Sin embargo, ante fenómenos climáticos siempre es mejor prevenir que lamentar, sobre todo en Colombia, territorio con diferentes pisos térmicos y variedad de cultivos que podrían verse afectados.
En este sentido, la baja productividad en la tierra a causa de la falta de agua, la reducción en los volúmenes de pesca, el aumento en el precio de la energía y la aparición de plagas por las altas temperaturas son algunos de los efectos que El Niño puede tener en el rendimiento del sector agropecuario.
Por lo anterior, lo mejor que se puede hacer para contrarrestar estos efectos es la prevención desde ahora, pues según el Instituto Colombiano Agropecuario las plagas pueden afectar 40% de los cultivos si no se toman las medidas necesarias.
Para el docente Carlos Cardozo, ingeniero agrónomo de la Universidad Nacional sede Palmira, el fenómeno puede traer déficit de producción de alimentos, lo que subiría los costos de los mismos, sobre todo en los cereales y leguminosas. Según el experto, los pequeños y medianos agricultores son los más perjudicados, por lo que las fuerzas del Estado deben idear estrategias de riego para estos productores.
El Ministerio de Agricultura realizó unas recomendaciones generales para el sector como: monitorear la información y alertas que emite diariamente el Ideam; busque para los animales medios alternos de abastecimiento de agua; genere mecanismos alternativos para dar sombra a cultivos y a animales; planifique turnos de riego para que todos tengan acceso al agua; construir reservorios para almacenar el agua (preferiblemente cubiertos) y generar planes para el control de plagas.
Sin embargo, también hay recomendaciones para cada cultivo, pues el fenómeno afecta a cada uno de diferente forma. Por ejemplo, en el café es más probable que aparezca broca, psílidos en cítricos o cochinillas en especies frutales.
En el cultivo de algodón, por ejemplo, se recomienda evitar el uso de la labranza tradicional con arado y pases de rastrillo, pues esto expone el suelo a pérdidas de humedad por evaporación y si se dispone de sistema de riego, moderarlo y aplicarlo de acuerdo con los requerimientos del cultivo.
En el caso del banano, realice el manejo de arvenses mecánicamente para seleccionar arvenses nobles que ayuden a retener la humedad en el suelo.
Por su parte, a los cacaoteros se les recomienda verificar las condiciones de humedad del suelo antes de realizar labores de fertilización. Con el café no se recomienda realizar nuevas siembras en la época del fenómeno El Niño y no fertilizar hasta tanto no se regularicen las lluvias.
Para la papa, debe planear las siembras y use variedades tolerantes a plagas y enfermedades. En cambio, con el plátano, por falta de humedad, no es conveniente realizar nuevas siembras comerciales. Prevenir siempre es la mejor inversión.
Gobierno invertirá $55.000 millones
El Gobierno Nacional presentó un documento Conpes con el cual se espera preparar al país ante las consecuencias de la sequía disponiendo de varias estrategias y recursos por $55.256 millones. Lo que se busca es dar lineamientos a los diferentes sectores para reducir costos de atención y minimizar los impactos del fenómeno a partir de la identificación de las condiciones de riesgo y la reducción de la vulnerabilidad sectorial.
Fuente: La República