Investigadores de Bélgica y de Colombia conforman un equipo científico en agricultura de precisión con el Proyecto “RiceClimaRemote”
Ibagué, Tolima. Los productores de arroz en Colombia, hoy se debaten entre varias preocupaciones, el mercadeo, el alto costo de los fertilizantes y las políticas de estado entre otras; pero hay una preocupación que es de vital importancia, que generalmente no es objeto de atención por parte de algunas organizaciones y muchos productores, nos referimos al cambio y la variabilidad climática con todas las consecuencias que se pueden ocasionar para la producción agropecuaria y en particular para la producción de este cereal, especialmente por el alto requerimiento de agua que tiene su cultivo.
Es necesario reconocer que las cifras que se manejan alrededor del cultivo de arroz son significativas para Colombia; de acuerdo con la Encuesta Nacional de Arroz Mecanizado (ENAM), en el año 2021 se sembraron 544.631 hectáreas de arroz y se produjeron 3.326.529 toneladas de arroz paddy. Solo como referencia el IV Censo Nacional Arrocero, de 2016, nos dice que este cereal se siembra en 210 municipios del país e involucra a más de 16 mil productores y 25 mil fincas arroceras. Por departamentos, según el DANE en referencia a la cosecha del segundo semestre de 202, el área sembrada tuvo el siguiente comportamiento en hectáreas (ha), el departamento del Tolima 44.397, Huila 18.700, Meta 14.557 y Casanare 13.843. Otros departamentos sembraron 64.490 para un total de 151.988 hectáreas en el país durante ese periodo de tiempo, estos datos son un referente que varía cada semestre o año según el modelo de producción de cada departamento.
De acuerdo con las anteriores cifras el departamento del Tolima es el más arrocero del país; sin embargo, alcanzar este reconocimiento, ha generado consecuencias en el recurso hídrico de la región gracias a los grandes volúmenes de agua que se aplican para la producción de este cereal. Según la Federación Nacional de Arroceros, Fedearroz, para producir una tonelada de grano se emplean aproximadamente 2.650 metros cúbicos de agua. La asociación de usuarios a cargo de la gestión del agua del distrito de riego (Usocoello), maneja cifras más alarmantes, concluyen que se aplica un volumen de agua de riego de alrededor de 20 mil m3/ha/ciclo. Sin embargo, la FAO mediante su modelo de simulación de biomasa AquaCrop (como respuesta al agua de riego) en condiciones edafoclimáticas similares a la región, recomienda una tasa de aplicación de agua de riego por orden de 4800 m3/ha/ciclo sin afectar el rendimiento.
Este alto volumen de agua para riego es causado por una alta demanda evaporativa, las bajas eficiencias en la aplicación del riego a nivel de la parcela y el desconocimiento del requerimiento hídrico del cultivo, por parte del productor. La región está sujeta a una considerable variabilidad climática y vulnerabilidad a la sequía, de la cual los agricultores no son lo suficientemente conscientes.
Valorando consideraciones como las anteriores y sopesando la disminución permanente de la disponibilidad del recurso hídrico, se está adelantando un proyecto de investigación entre AGROSAVIA, la Universidad de Ibagué e ILVO, esta última, una institución de Bélgica dedicada a la investigación para el sector agropecuario. Gracias al auge de las técnicas de agricultura de precisión, incluidos los drones y las imágenes satelitales, el objetivo principal del proyecto "RiceClimaRemote" es buscar una productividad agrícola estable en condiciones climáticas cambiantes, con el desarrollo y la posterior implementación de pautas de gestión del riego adaptadas al cultivo de arroz en la región del Tolima.
Los agricultores locales y los campos agrícolas están estrechamente involucrados para que los conocimientos generados lleguen directamente a la implementación por parte de los productores. De lograr este objetivo se va a disminuir de manera significativa la cantidad de agua utilizada para el riego en arroz para la región. El proyecto ya superó la fase de experimentación y está en la etapa de probar los resultados en lotes comerciales.
Lo que han hecho en la investigación las tres instituciones, consiste en mejorar la infraestructura del riego existente a nivel de la parcela y la eficiencia del riego en el cultivo del arroz mediante la realización de parcelas experimentales en el Centro de Investigación Nataima de AGROSAVIA, en las que se evaluaron técnicas de riego controlado y preciso, y un monitoreo detallado del crecimiento del cultivo en sus diferentes etapas fenológicas, todo a través del sensoramiento remoto en combinación con las técnicas de aprendizaje automático. Se simularon y se validaron diferentes programaciones de riego bajo un escenario de variabilidad climática utilizando los modelos Cropwat y AquaCrop (FAO). La tecnología desarrollada en este proyecto (sensores, medidores de caudales, estaciones agroclimáticas, plataformas IoT) se encuentra en proceso de validación en lotes comerciales ubicados en el distrito de riego UsoCoello. Se espera entregar estos avances a los productores de arroz bajo un esquema de ofertas tecnológicas.
Durante la última visita de trabajo hecho por dos investigadoras de ILVO, Sarah Garré e Irene Borra Serrano, se tuvo la oportunidad de preguntarles por sus opiniones respecto al proyecto y sus comentarios fueron muy positivos, estaban interesadas en compartir con los investigadores colombianos la información generada, resaltaron el trabajo que desarrollan los estudiantes de doctorado de la Universidad Nacional de Colombia y Universidad de Gembloux vinculados al proyecto; esta investigación ha logrado que planteando alternativas desde diferentes visiones e idiomas, se generen resultados más eficientes.
Indicaron las investigadoras europeas, que el proyecto pretende generar alternativas que contribuyan al logro de un objetivo de vital importancia para los agricultores colombianos: aumentar la eficiencia económica y medioambiental del riego del arroz mediante nuevas tecnologías y técnicas de procesamiento. "Visité Colombia para debatir con nuestros colegas investigadores de AGROSAVIA y la Universidad de Ibagué, para ver los experimentos y las prácticas de los agricultores con nuestros propios ojos e intercambiar conocimientos"; afirmó la doctora Irene cuando se refirió a su estadía en el departamento del Tolima.
Las investigadoras Irene y Sara, consideran que el trabajo desarrollado por sus pares colombianos es de alta calidad, resaltando el rigor científico y consideran que por eso se ha llegado a excelentes resultados. Destacaron el trabajo de los estudiantes de doctorado vinculados al proyecto y el importante acierto al combinar ciencias aparentemente distantes como las ciencias agronómicas, fisiología, suelos y demás con electrónica y equipos de alta precisión. Se esperan que de esta investigación se obtengan significativos avances para optimizar la agricultura de precisión.
Esta llave entre las tres instituciones podría continuar con nuevas investigaciones, así lo manifestaron las investigadoras belgas: Aún no ha acabado el proyecto y ya estamos pensando en cómo continuar nuestra colaboración. Hasta este momento ha sido muy grato trabajar juntos. Incluso este proyecto ha permitido que estudiantes de maestría de Bélgica vengan a realizar sus tesis aquí con supervisión de los investigadores de Agrosavia (Sofiane Ouazaa y Nesrine Chaali) y la Universidad de Ibagué (Oscar Barrero y Jose Armando Fernandez). Estamos seguras de que esta colaboración va a seguir adelante. Este proyecto es solo el comienzo de lo que se espera que sea una relación a largo plazo entre los tres equipos de investigación. Ya estamos buscando nuevas oportunidades de financiación para mantener nuestra colaboración.
Fuente: Agrosavia