Los parques solares pueden convertirse en prados de flores silvestres y atractivos para las abejas, que están en vías de extinción.
Los parques solares pueden convertirse en prados de flores silvestres y atractivos para las abejas, que están en vías de extinción. El cambio en la matriz energética, con la energía solar como protagonista, podría salvar al mismo tiempo a los polinizadores: de ellos depende en gran medida la producción global de alimentos, esto de acuerdo con el portal de ciencia y tecnología, Agencia ID.
Investigadores británicos de la Universidad de Lancaster y la Universidad de Reading sostuvieron en un reciente estudio que los parques solares pueden incorporar áreas de flores silvestres y hábitats naturales que beneficien a las abejas y frenen su camino hacia la extinción (Foto: Especial).
Investigadores británicos de la Universidad de Lancaster y la Universidad de Reading sostuvieron en un reciente estudio que los parques solares pueden incorporar áreas de flores silvestres y hábitats naturales que beneficien a las abejas y frenen su camino hacia la extinción. De esta manera, el avance hacia las energías renovables puede significar en paralelo una salida para los insectos polinizadores, que son vitales en la producción de alimentos a escala mundial.
La descarbonización del sistema energético se puede aprovechar para salvar a las abejas, moscas flotantes, avispas, escarabajos, mariposas y polillas, que desempeñan un papel clave en la producción de alimentos: el 75% de los principales cultivos alimentarios mundiales y el 35% de la producción agrícola global dependen de estos insectos.
Las modificaciones en el uso de la tierra que se requieren para un desarrollo a gran escala de los parques solares podrían causar una mayor degradación del ambiente. Sin embargo, si el cambio se realiza correctamente ofrece mucho potencial para mejorar el equilibrio ambiental y preservar el funcionamiento de los ecosistemas. Si hacemos eficazmente la transición hacia las energías limpias, podríamos utilizar la descarbonización del sistema energético para abordar también la crisis ecológica. Dada la situación en la que estamos: ¿podemos permitirnos no hacerlo?
Uno de los grandes problemas que aquejan actualmente al equilibrio ambiental global es la fuerte reducción en las poblaciones de polinizadores, especialmente de abejas, que son vitales para la armonía ecológica y que de acuerdo a distintas teorías y estudios previos podrían ir en camino hacia su extinción: un 40% de disminución en la población de abejas el invierno pasado es insostenible, según los expertos.
En tanto, aunque la energía solar es considerada como la opción más interesante en un mundo que debe avanzar inexorablemente hacia las energías renovables, se ha puesto en duda el papel que podría cumplir en cuanto a una mayor reducción en las poblaciones de abejas y otros polinizadores.
De acuerdo a una nota de prensa, el nuevo estudio propone estrategias que, por el contrario, permitirían que las abejas se beneficien con la energía solar. Esto incluye desde la siembra de flores silvestres hasta la conexión de parques solares con áreas cercanas de hábitat seminatural, entre otras propuestas. ¿Podría el sol salvar a las abejas?
Por ejemplo, los especialistas creen que los parques solares de grandes dimensiones y construidos en zonas de agricultura intensiva pueden convertirse en una excelente alternativa para establecer puntos críticos de biodiversidad de polinizadores. Además de propiciar el desarrollo de las comunidades de abejas y otras especies, los insectos pueden ayudar a su vez a polinizar cultivos locales que caractericen y otorguen identidad a cada ecosistema y región productiva.
En el mismo sentido, otro estudio realizado en la Universidad de Münster indica que para propiciar un mayor desarrollo de insectos polinizadores se debe tener en cuenta especialmente la elección y procedencia de las semillas, en la restauración de hábitats destinados a ese fin.
En otras palabras, la procedencia geográfica de las semillas utilizadas influye no solo en la diversidad de insectos, sino también en la frecuencia con la cual los polinizadores visitan las flores. La investigación fue publicada en la revista Journal of Applied Ecology.
De acuerdo a un comunicado, cuestiones como la frecuencia temporal de floración y otros parámetros determinan que los insectos interactúen en mayor medida con ciertas variedades de flores. Estos aspectos deben tenerse en cuenta para garantizar el éxito de las medidas de restauración de hábitats.
Fuente: AsiSucede