El exceso de prácticas de manejo agronómico –como aplicaciones de fertilizantes y herbicidas– podría disminuir las poblaciones de estos enemigos naturales de los barrenadores, la principal plaga de este cultivo.
Los barrenadores del género Diatraea son larvas que ingresan por los entrenudos (tallo) de la caña de azúcar, se alimentan de ella y causan daño en la biomasa y la sacarosa. En Colombia se estima que hay 8 especies, 5 de las cuales atacan al cultivo de caña para panela.
Según la literatura, para combatir esta plaga la mejor herramienta es el control biológico. En ese contexto, según diversos estudios adelantados por la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Agrosavia), en las zonas paneleras del país se ha encontrado una diversidad de enemigos naturales que están ejerciendo control biológico sobre dichos barrenadores.
Entre ellos se cuentan los parasitoides, organismos que se desarrollan en los insectos, usándolos como hospedantes, a los cuales terminan matando.
En una investigación en la que participó la bióloga Zaida Xiomara Sarmiento Naizaque, investigadora de Agrosavia y magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Bogotá, se encontraron 10 especies de parasitoides, 5 de las cuales son registros nuevos para el país.
Estos son: Alabagrus albispina, A. imitatus, A. parvifaciatus, A. roibasi (Hymenoptera: Braconidae) y Leskia sp. (Diptera: Tachinidae).
La bióloga Sarmiento estudió la relación entre los parasitoides de barrenadores y la intensidad agrícola de los cultivos de caña, que se refiere a la relación de las prácticas de manejo en las fincas que conducen a una productividad.
"Como la productividad se ve afectada por la presencia de estos barrenadores, los productores deben hacer manejo de la plaga y del cultivo y no sabemos cómo estas prácticas pueden influir en la diversidad de parasitoides que hay en los agroecosistemas de las fincas", explica la bióloga Sarmiento.
Una zona muy productiva
El estudio se llevó a cabo en 3 zonas de la Hoya del río Suárez (entre Boyacá y Santander), una de las regiones paneleras del país más destacada por su alta productividad. Allí se analizó cómo era el manejo agronómico de las fincas y sus efectos sobre los parasitoides que se presentan naturalmente.
Esto se hizo mediante 3 componentes, el primero de los cuales fue identificar los parasitoides asociados con los barrenadores, para lo cual se capturaron larvas en 9 fincas productoras de caña de la zona de estudio.
Para hacerles seguimiento, las larvas se trasladaron al Laboratorio del Centro de Investigación Tibaitatá, de Agrosavia, y cuando emergieron los adultos de los parasitoides se determinaron mediante claves taxonómicas (de clasificación).
En segundo lugar, se estudió la diversidad de los parasitoides partiendo de los datos de abundancia y riqueza por sitio de muestreo.
Por último, para caracterizar la intensidad agrícola se hicieron entrevistas a los productores que permitieron identificar diversas variables de manejo, entre las cuales se seleccionaron las más adecuadas para estudiar dicha intensidad. Después se analizó la relación entre la información de los parasitoides y la intensidad agrícola o cantidad de intervenciones que se hacen en los cultivos para su producción.
Poca diversidad, alto control
Al final se seleccionaron las aplicaciones de fertilizantes y herbicidas de las fincas como prácticas de manejo que se relacionarían con los parasitoides.
En términos generales, se encontró una baja diversidad de especies en las 9 fincas estudiadas; hay una relación negativa entre el índice de intensidad agrícola y la abundancia de larvas parasitarias.
Sin embargo, a pesar de la baja diversidad de especies, el porcentaje de parasitismo general fue del 31 % sobre los barrenadores, lo que demuestra la importancia de estos controladores biológicos en los cultivos de caña para panela.
Entre las medidas que preservarían y potenciarían la acción de los parasitoides figura la conservación de franjas de plantas nectaríferas cercanas a los lotes de caña, las cuales proveen alimento y refugio a los enemigos naturales de las plagas.
La investigación fue dirigida por el profesor Carlos Eduardo Sarmiento Monroy, de la UNAL Sede Bogotá, y codirigida por la investigadora Nancy Barreto Triana, de Agrosavia, entidad financiadora junto con el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural. Además contó con el apoyo del Laboratorio de Sistemática y Biología Comparada de Insectos de la misma institución.
(Por: fin/PAGA/MLA/LOF)
Fuente: Agencia de Noticias UNAL.