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Aunque frutas como banano, curuba, guanábana, papaya, piña, mango o uchuva son algunas de las más icónicas o las que le representan mayor movimiento económico al país, actualmente hay un cultivo que poco a poco ha ganado terreno a tal punto que su comercialización está saturada.

Se trata del durazno, una fruta que en Colombia se cultiva en zonas con temperaturas promedio de 13°C a 19°C, entre los 1.800 y 2.800 metros sobre el nivel del mar, regímenes de lluvia monomodales y bimodales y brillo solar promedio de 1.400 horas por año.

Con esas características, los cultivadores de durazno locales han apostado por regiones como Boyacá, donde se concentra 42% de su producción en todo el territorio nacional, el más alto porcentaje de todos los productores del país.

De acuerdo con las cifras registradas por Agronet, la Red de Información y Comunicación del Sector Agropecuario de Colombia, liderada por el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, en 2016 la producción de este fruto llegó a las 27.290 toneladas.

Aunque la cifra disminuyó respecto al año inmediatamente anterior, en general representó un crecimiento de 47% frente a 2010, año en el que se logró una producción de 18.475 toneladas aproximadamente.

Y es que productores tanto de Boyacá como de las diferentes zonas en las que ya se cultiva el fruto han logrado tener mayor competitividad gracias a la creación de asociaciones que les permite innovar y ofrecer, no solo el fruto en fresco al mercado, sino tener sus propias plantas para dar valor agregado y ofrecer pulpas y almíbar, en línea con la demanda.

Según datos registrados por Agronet, aparte de Boyacá, hoy los departamentos con mayor producción de este fruto en el país son: Norte de Santander, que tiene una cosecha de 9.304 toneladas, seguido de Huila, que logra producir cerca de 1.157 toneladas de duraznos al año, números que muestran el potencial de este producto en regiones del país con condiciones climáticas cambiantes.

No obstante, la industria del durazno en el país ha debido lidiar con algunos obstáculos, por ejemplo, no contar con las herramientas ni garantías necesarias para que su comercialización sea la adecuada.

​Así lo confirmó el productor Héctor García Higuera, quien expresó que "sería muy importante contar con un punto de venta directo, pues esto permitiría ofrecer precios más cómodos para todos". Lo anterior, teniendo en cuenta que los productores deben contemplar el pago de intermediarios y mano de obra.

Así mismo, destacó que es un sector que requiere del mejoramiento de vías terciarias para movilizar insumos y el mismo producto.

Las zonas de clima templado entran a competir

Óscar Quintero, presidente de Asociación de Productores Agropecuarios de Tipacoque, indicó que la producción del fruto ha dado un significativo y positivo golpe en esta región, la número uno en cuanto a la producción de durazno Gran Jarillo. "Estamos rompiendo paradigmas porque antiguamente se asociaba el durazno con tierras frías. Hoy día producimos durazno de excelente calidad en climas templados", dijo.

Fuente: La República​