El nuevo presidente de Bayer Crop Science para Latinoamérica, Mauricio Rodrigues, habla en exclusiva con Forbes sobre la apuesta de la multinacional en el sector agrícola, la aspersión con drones y la manera como están revolucionando la industria.
Una agricultura digital, sostenible, innovadora, que incluya conectividad, automatización y análisis de datos es el mundo que se imagina Bayer Crop Science en medio de los varios retos a los que se enfrenta el mundo. En un momento en el que la discusión está en la manera como se reducen las emisiones de CO2 y se utilizan menos recursos naturales, la división de la multinacional alemana tiene una apuesta clara, enfocada en revolucionar el negocio con una visión enfocada en mejorar la competitividad de este sector.
"Nuestra misión en la división agrícola de Bayer es acompañar a los agricultores en el camino hacia la agricultura del futuro mediante la ciencia y la innovación", confirma Mauricio Rodrigues, nuevo presidente de Bayer Crop Science para Latinoamérica, en entrevista exclusiva con Forbes. "Nuestra apuesta es por la agricultura moderna y sustentable, la agricultura que nos permitirá producir más alimentos preservando al planeta, sin ampliar la frontera agrícola y utilizando menos recursos naturales como agua y suelo".
Con un portafolio que incluye semillas (convencionales y biotecnológicas), productos de protección de cultivos o agroquímicos (químicos y biológicos), así como servicios de agricultura digital, buscan crear soluciones que permitan mayores eficiencias en el sector. Cuenta Rodrigues que ya están impulsando la automatización de los cultivos en el mundo, por lo que dichas experiencias las están trasladando a Latinoamérica para mejorar las operaciones agrícolas.
En ese objetivo, plantean un mundo en el que los agricultores tengan la capacidad de controlar todos sus cultivos desde el celular. En Latinoamérica, por ejemplo, proyectan que para 2025 el 80% de las personas tendrán un teléfono inteligente, por lo que es un escenario que prevén aprovechar en medio de toda esta revolución. "Esto es una oportunidad para acompañar y generar desarrollo a pequeños agricultores que representan entre el 50 al 70% de la producción agrícola", dice.
Los campos automatizados, que permitan análisis de datos y control de los mismos, van de la mano, según cuenta Rodrigues, con un programa de aspersión con drones. Esta herramienta, que ya se encuentra desarrollada en países asiáticos, "ha demostrado ser una herramienta para la sostenibilidad agrícola, pues la precisión de las aplicaciones permite reducciones de los volúmenes de insumos agrícolas y de agua", advierte el ejecutivo.
En Colombia, ya utilizan esta solución para zonas con suelos no mecanizables como laderas. De esta forma, es posible optimizar el recurso, reasignando esa fuerza laboral a otras funciones. Este año, realizaron trabajos de investigación en Norte de Santander, cerca de la frontera con Venezuela, con la empresa Coagronorte (Arroz Zulia), una asociación que reúne más de 500 pequeños agricultores de arroz. "Esperamos que a medida que avance la investigación podamos ofrecer más herramientas a agricultores en Colombia y en toda Latinoamérica", sostiene.
Todo el avance que se prevé en la región obedece a que, según cuenta Rodrigues, hay un alto potencial, pese a los escenarios macroeconómicos volátiles. De hecho, advierte que se puede crecer mucho en los próximos años, pues lo importante es mantener "el ritmo sin exponernos a posibles dificultades derivadas de contratiempos económicos o algo por el estilo".
Y es que la revolución a la que le apunta Bayer va de la mano de millonarias inversiones para investigación y desarrollo. A nivel mundial, advierte Rodrigues, fueron de 2.000 millones de euros, que se respaldaron ante los más de 430 híbridos y variedades de maíz, soja, algodón y hortalizas en todo el mundo.
"En 2020 se comercializaron diez fórmulas de protección y cultivos en todo el planeta", agrega. "Al mismo tiempo, el año pasado se identificaron en todo el mundo 200 nuevas secuencias genéticas únicas, que pueden aumentar la productividad o la resistencia a las plagas en una variedad de cultivos comercialmente relevantes".
Sostenibilidad: un eje clave para el crecimiento
Desde hace un par de años, la multinacional trabaja en el desarrollo de nuevas tecnologías que permitan tener una producción de alimentos más sostenible. "La sostenibilidad hace parte integral de nuestra estrategia de negocio", advierte Rodrígues, quien destaca que por eso a finales de 2019 se elevaron los estándares globales para reducir un 30% el impacto ambiental de la producción agrícola y un 30% las emisiones de gases de efecto invernadero.
En esta carrera por hacer los cultivos más sostenibles y competitivos, también se trabaja en un proyecto en Latinoamérica que es pionero es el programa de carbono. El proyecto piloto inició en 2020 y movilizó a 1.200 productores de soja y maíz en Brasil y Estados Unidos, casi 500 solo en Brasil. El objetivo fue desarrollar una metodología científica para medir la fijación de carbono en el suelo y co-crear pautas para el mercado de carbono.
Esta iniciativa, cuenta, seleccionó productores que utilizan la tecnología Climate FieldView, una completa plataforma digital que monitorea la plantación, recolectando automáticamente datos de campo y satelitales, para realizar análisis agronómicos y lineamientos de manejo. "El mercado del carbono es el futuro y Bayer está ayudando a los productores a ser los protagonistas de este cambio de mentalidad", concluye.
Fuente: Forbes