Las estrategias de manejo integrado de esta enfermedad –causada por el hongo Colletotrichum spp.– se debe enfocar tanto en el control cultural, químico y biológico como en el manejo agronómico.
Investigadores y docentes de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira dan estas y otras recomendaciones para los cultivos de aguacate Persea americana var. Hass, teniendo en cuenta que la antracnosis se considerada como una de las enfermedades de alto impacto económico en este cultivo de exportación.
Durante el desarrollo del proyecto de regalías "Incremento de la competitividad sostenible en la agricultura de ladera en todo el departamento, Valle del Cauca, Occidente", de la UNAL Sede Palmira, se ha podido evidenciar una alta diversidad de este patógeno en los sitios muestreados, que provoca necrosis y pudrición de frutos.
Cabe destacar que Colletotrichum spp. es un microorganismo cosmopolita que afecta a otros cultivos como papaya, fresa, tomate de árbol, mora, tomate, guayaba, lulo, mango y plantas acompañantes, entre otros, en diferentes estados fenológicos. En aguacate se presenta desde la etapa de vivero y floración hasta la fructificación, siendo de especial importancia en cosecha y poscosecha.
Este patógeno (hongo) sobrevive en plantas acompañantes o malezas y residuos de podas fitosanitarias, y prolifera en el cultivo cuando internamente está muy denso, evitando el ingreso de luz y ventilación. En tales condiciones, la humedad relativa aumenta, lo que afecta a muchas ramas internas.
En su etapa desarrollo, el fruto de aguacate posee antifúngicos que lo mantienen protegido, por lo que el patógeno en este estado puede permanecer latente hasta la etapa de madurez fisiológica y poscosecha. "Si se presenta la enfermedad, el daño se inicia en el mesocarpio (pulpa), y externamente se observan puntos necróticos sobre el exocarpio del fruto, con la consecuente proliferación de esporas de color naranja que se diseminan fácilmente", explica la ingeniera agrónoma Gloria Magali Cobo, magíster en Ciencias Agrarias de la UNAL.
Manejo integrado: biológico, cultural, agronómico y químico
Ante la presencia de esta enfermedad, los agricultores recurren con frecuencia al uso de fungicidas que ayuden en el control del patógeno; sin embargo, el uso continuo de algunos ingredientes activos crea resistencia, debido en gran parte a la baja rotación de estos y a sus modos de acción.
En busca de alternativas en el control de este patógeno se han evaluado a nivel de laboratorio y campo algunos productos biológicos como es el uso de Bacillus subtilis (raza QST713 SC), el cual mostró un alto grado de eficacia en el control de la antracnosis.
Las esporas del patógeno son diseminadas por la lluvia, el viento y el personal que realiza las labores en el cultivo. La diseminación, germinación y proliferación del patógeno puede ocasionar necrosamiento en área foliar que se extiende por las nervaduras con posterior defoliación.
La pérdida foliar lleva a la reducción de la fotosíntesis, exposición y quema de frutos. Es necesario incluir las podas fitosanitarias y de mantenimiento oportunas, que eviten que Colletotrichum spp. pueda proliferar, garantizando buena luminosidad y aireación en los árboles. Los residuos de podas sanitarias se deben retirar del lote y disponerlos en fosas para su tratamiento, para evitar su dispersión.
Durante la cosecha es muy importante usar canastillas limpias y desinfectadas para evitar que la fruta tenga contacto directo con el suelo. Las heridas y los golpes en estas también propicia el ingreso del patógeno.
Por último, el área de poscosecha debe ser un sitio limpio y desinfectado, evitar que queden residuos de frutos enfermos que puedan ser fuente de transmisión de la enfermedad.
Lo anterior forma parte del manejo integrado que se debe hacer al cultivo con miras a reducir la incidencia y severidad de este patógeno, por lo que es muy importante el monitoreo continuo del cultivo frente a la aparición de la enfermedad.
El mundo pide aguacate
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) en 2020 se exportaron 67.071 toneladas de aguacate Hass por 144,9 millones de dólares, a naciones como Países Bajos, España, Reino Unido, Estados Unidos, Francia, China y Japón.
La siembra y producción de aguacate se ha incrementado en Antioquia, Tolima, Caldas, Quindío y la ladera del Valle del Cauca, por lo que la investigadora Cobo resaltó que los pequeños productores podrían abrirse paso en exportación al unirse en asociación, aparte de las grandes empresas, certificando los predios y el cumplimiento de las normas que se exigen para ingresar a estos mercados.
En conclusión, las diferentes estrategias de manejo integrado del cultivo de aguacate Hass, más allá del uso de productos químicos, les podría garantizar a los agricultores un lugar en el mercado internacional, en el cual Colombia tendría una participación del 12 % según la DIAN.
(Por: fin/NAMP/LOF)
Fuente: Agencia de Noticias UNAL