Desde Palmira al Polo Norte se enviarán más de 30.000 semillas a un gigantesco depósito de materiales agrícolas, con el que se busca garantizar la producción alimentaria ante una eventual escasez mundial.

El Centro Internacional de Agricultura Tropical, CIAT, despachó el pasado viernes, 93 cajas que de manera hermética contendrán 900 duplicados de semillas de fríjol y forrajes.

Con la seguridad de que se trata de un material que se preservará por más de cien años, la colección hará parte de la denominada Bóveda Global de Semillas, Bóveda Ártica del Fin del Mundo o Arca de Noé Vegetal.

Este gigantesco depósito, ubicado en una montaña de la isla de Spitsbergen, del archipiélago de Svalbard, Noruega, tendrá capacidad para almacenar hasta 4,5 millones de duplicados de semillas.

Ante la magnitud de la iniciativa, se cree que la bóveda podrá recopilar prácticamente todas las variedades de los cultivos alimentarios más importantes del mundo, garantizando la producción agrícola por varios siglos, en caso de una catástrofe regional o mundial.

El director de la Unidad de Recursos Genéticos del CIAT, Daniel G. Debouck, dijo que Colombia resultó privilegiada al realizar un gran aporte al patrimonio agrícola del mundo, pues en el CIAT, de Palmira, se han desarrollado estudios por más de 30 años con un resultado que a la fecha se traduce en más de 36.000 variedades de fríjol y forrajes.

Además, el CIAT de Palmira estará representando a Latinoamérica, que junto con los demás centros que hacen parte del Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional, CGIAR, remitirá más de 200.000 duplicados de variedades de cultivos de Asia, África, y el Oriente Medio.

Según el CIAT, con los cambios climáticos venideros, el alza de los precios de los alimentos y la expansión de los mercados para biocombustibles, las mejores opciones disponibles para el progreso, estarán en lo que hemos conservado y estudiado contra todas las predicciones imaginables.

Fuente: La República