Es un hecho intrínseco al sistema esta tendencia de acumular capital especulativo para tener más ganancias y sacar provecho de las crisis. Las nuevas tecnologías digitales no tienen un propósito distinto a la extracción de plusvalía.
La época digital incide en las áreas rurales de múltiples maneras. Entre otras, con el aislamiento histórico del campo de los servicios básicos, incluyendo la conectividad; con el uso de los medios populares campesinos no-digitalizados para la comunicación y la producción de alimentos; con el papel de la tecnología digital en el avance del agronegocio y la financiarización de la tierra; con la protección de material genético que es patrimonio de los pueblos; con el estudio del tema digital dentro de la Declaración de los Derechos Campesinos; y con la relación entre la soberanía alimentaria y la soberanía tecnológica. Estos temas fueron abordados en el marco de las jornadas "Los Pueblos de América Latina y el Caribe ante la era digital"[1].
Despojo y menos alimentos
Muchos pueblos y comunidades ya sufren desalojo, apropiación de tierras y conflictos interminables debido a la primera, segunda o tercera ola de industrialización. La cuarta revolución industrial, acelerada por la pandemia, también está acelerando el ritmo de las nuevas poblaciones hambrientas y desnutridas del planeta.
Todas las incertidumbres y cuestiones sin resolver que ahora tenemos en torno a Internet, la cadena de bloques, la criptografía, la seguridad digital, la monopolización, se traducirán en la producción y distribución de alimentos, sumándose a los enormes problemas que ya plantea, mientras se renueva la ola de agresiones contra quienes realmente alimentan al mundo.
Es vieja la historia de la Revolución Verde, paradigma del arribo de la tecnología al campo, momento en el que comenzamos a producir menos alimentos. Podemos decir sin vacilar, por nuestra experiencia como campesinos y campesinas que, si bien las máquinas son fascinantes, desde el momento en que aparecen comenzamos a producir cada vez menos alimentos.
Agricultura digital
En la agricultura digital se utiliza software para la convergencia de cibernética e información genética que, junto con procesos automatizados en laboratorios, permite el rápido diseño de nuevos cultivos, la manipulación de microbios para la producción de sustancias útiles para la industria, o la alteración de la genética de aves, peces y reses para la producción masiva de proteínas, entre otras cosas.
Es necesario insistir en pensar cómo usar las tecnologías en el campo, más allá de las instrucciones con las que se nos impone la maquinaria. Las máquinas están diseñadas para la gran escala productiva. La agricultura industrial no produce alimentos para las comunidades sino commodities, grandes rendimientos para llenar contenedores. El agronegocio se relaciona así con la "balanza comercial" y no con la vida de los pueblos.
Se diseñan cada vez más instrumentos para el trabajo agrícola enfocados en la automatización, debido a la visión de que los robots facilitan el trabajo. Las nuevas máquinas y robots para la agricultura están equipados con chips y sensores para el registro de informaciones tan diversas como la condición de los suelos, la humedad, las cantidades de nutrientes o los registros de patentes de las semillas en uso.
Las organizaciones campesinas y las tecnologías
Nosotras y nosotros, desde la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC-Vía Campesina) y aliados, reconocemos la necesidad de comprender cómo funcionan las tecnologías y principalmente cómo la innovación tecnológica afecta a nuestras vidas, nuestras culturas y nuestros sistemas productivos. Ya sabemos que la incorporación de la tecnología, la biotecnología y las grandes maquinarias de empresas en el campo, alteran el ciclo biológico de los cultivos y desplazan la mano de obra campesina.
Al mismo tiempo, reconocemos la importancia de las comunicaciones y la necesidad de nuestras organizaciones de tener acceso a las herramientas comunicacionales. Pero las redes sociales son circuitos por donde las noticias falsas prosperan y terminan siendo contrarias a los intereses populares. En tal sentido, es importante la reflexión para saber qué pasa con eso y ver qué alternativas podemos descubrir y construir con estas herramientas.
La pandemia profundizó la crisis y las grandes tecnologías han tenido un crecimiento exponencial. Necesitamos investigar de qué manera herramientas como la inteligencia artificial y la big data pueden ser útiles para la organización.
Las tecnologías pueden acercarnos a escenarios de sostenibilidad. Podríamos aumentar la escala de la producción de alimentos, pero hay varios factores externos que pueden jugar en nuestra contra, comenzando por la propiedad de las infraestructuras y los satélites.
Soberanía Alimentaria y Soberanía Tecnológica
Es necesario tener presente la definición de Seguridad Alimentaria de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) surgida en la posguerra. Esta se refiere a que todas las personas en cualquier parte del mundo, independientemente de la condición, de si hay guerra o desastres de alguna clase, tienen derecho de alimentarse. Esta es una definición importante, ya que el mundo está preocupado por este proceso, pero la consecuencia fue que la agricultura pasó a admitir que se utilicen productos químicos, agrotóxicos y tecnologías muy agresivas para aumentar la productividad en los campos. El resultado es que el mundo continuó con hambre, pero las tecnologías corporativas llegaron para quedarse.
Al concepto de Seguridad Alimentaria, la Vía Campesina le opone el de Soberanía Alimentaria. Este concepto se refiere a que toda comunidad tiene que producir y fortalecer la culinaria local para fortalecer la cultura propia de la alimentación y de la producción. Y afirma también que todo país tendrá que, de manera soberana, incentivar, financiar, investigar y buscar tecnología para producir en las pequeñas propiedades, de manera que la producción agrícola pueda ser sustentable y desarrollarse en convivencia con el medio ambiente. Se tiene que producir para resolver el problema del mercado interno de cada país, y para esto se debe resolver el problema de la concentración de la tierra y el dominio tecnológico de las corporaciones.
Hacer un paralelo sobre la soberanía alimentaria y la soberanía tecnológica es un debate actual que tenemos dentro de La Vía Campesina y que además es necesario debido a las nuevas tecnologías digitales que están surgiendo en este proceso.
En este momento de crisis del capitalismo, las empresas se aferran de todo lo posible para extraer más plusvalía, más riquezas. Es un hecho intrínseco al sistema esta tendencia de acumular capital especulativo para tener más ganancias y sacar provecho de las crisis. Las nuevas tecnologías digitales no tienen un propósito distinto a la extracción de plusvalía.
En el contexto de la creciente digitalización de los procesos vitales, laborales, de salud, de educación, la Vía Campesina considera que la militancia tiene que dominar las tecnologías y técnicas de comunicación; y por ello garantizar, como una reivindicación política, que todas las comunidades tengan internet en las casas de las familias campesinas. Queremos construir una herramienta mundial popular de comunicación, para poder hacer paralelo a este monstruo corporativo, hecho que consideramos determinante para la lucha de clases en el mundo actual.
Es importante saber que la soberanía alimentaria es lo más básico. Nuestra preocupación en este momento es la expansión del capital financiero, las tecnologías y la dominación del espacio a toda costa para que nuestras regiones se mantengan en la dependencia y no avancen en la autonomía. En tal sentido es preciso saber cuál es nuestro acceso verdadero a las tecnologías de punta.
Propuestas desde el campo
Como movimiento, nuestras propuestas van orientadas a asumir el desafío de disputar el campo de la tecnología ya que nos falta claridad sobre qué está pasando realmente con los avances tecnológicos en las regiones y cuáles son las dificultades más allá de la conectividad. ¿Qué perspectivas tenemos cuando tenemos un control muy escaso de las nuevas tecnologías?
Como organizaciones campesinas, uno de los grandes retos es comenzar a apostarle a la investigación. ¿De dónde vienen los recursos naturales necesarios para la producción de innovaciones técnicas y herramientas.? ¿Cuáles son las consecuencias de la expansión tecnológica en nuestras comunidades en cuanto a los impactos en nuestros territorios y en cuanto a los impactos en nuestras formas de concebir la vida y el trabajo?
Proponemos establecer alianzas con la academia que abonen a los procesos formativos. Una articulación con organizaciones aliadas que realizan investigaciones constantes sobre el tema, para lograr que sea un proceso tanto más local y territorial, que se articule y que se lleven estos temas a todas las universidades y escuelas campesinas.
Creemos que es crucial demandar que la tecnología llegue al campo bajo un parámetro público o comunitario y que las instituciones privadas tomen en cuenta la accesibilidad de la gente.
También es imprescindible que construyamos una capacidad de evaluación participativa de las tecnologías, que resulte en una regulación de las mismas o en el abierto rechazo si las consideramos nocivas para el desarrollo de nuestras comunidades y organizaciones. Y también es prioridad discutir la implementación de mecanismos de seguridad tecnológica.
Es importante que logremos cierto dominio de las tecnologías y técnicas de comunicación para poder realizar cursos o talleres a distancia. Y que busquemos aplicaciones tecnológicas que sumen a nuestra apuesta por la agroecología.
Fuente: Alainet